Esta belleza se inspira en el fenómeno hot-rod de mediados de siglo, sin embargo, su tecnología y equipamiento están bien actualizados.
El hot-rod nace de la obsesión por aumentar la potencia de los vehículos o bien reducir el peso del mismo, hacia fines de la década del ’40. Por ese motivo, tal denominación, les cabe a las motos que nacen o se inspiran en modelos que emergieron previos a 1.948.
Esta Bonneville Bobber ideada por Triumph tiene reminiscencias de aquel fenómeno, al conjugar el estilo y las posibilidades de preparación de una moto con esta particular tendencia estética. Su esencia, en cambio, no deja al azar cuestiones técnicas, con tecnologías y equipamientos actuales. Su comercialización será en Europa y la gama de colores varía desde el rojo al negro mate, pasando por el gris y el verde y plata; con precios que rondan los 13.000 euros. Si me permiten una opinión personal... ¡Me enamoré!
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